¡Hola a todos!
Retomo rápidamente donde lo dejé: Sábado 5 de mayo, post
terremoto.
El domingo y el resto de la semana me los pasé de clases de japonés al laboratorio, eso sí, descubrí que a las 2am pasa un guarda de la universidad para apuntar los nombres y números de carnet de estudiante de todos los alumnos que están todavía en la uni, así que imaginaos… Y, por primera vez en la carrera, me fui a comprar unas gotas para los ojos, porque los tenía inyectados en sangre para el martes. La verdad es que no fue tan difícil ir a la farmacia y chapurrear una especie de: “Me duelen los ojos por el ordenador… Gotas por favor.” Me entendió perfectamente, aunque creo que sólo con verme la cara ya sabía cuál era mi problema, ¡jajaja!
El domingo y el resto de la semana me los pasé de clases de japonés al laboratorio, eso sí, descubrí que a las 2am pasa un guarda de la universidad para apuntar los nombres y números de carnet de estudiante de todos los alumnos que están todavía en la uni, así que imaginaos… Y, por primera vez en la carrera, me fui a comprar unas gotas para los ojos, porque los tenía inyectados en sangre para el martes. La verdad es que no fue tan difícil ir a la farmacia y chapurrear una especie de: “Me duelen los ojos por el ordenador… Gotas por favor.” Me entendió perfectamente, aunque creo que sólo con verme la cara ya sabía cuál era mi problema, ¡jajaja!
El miércoles me fui con Mauricio, Jana (una chica Checoslovaca)
y Aude (una francesa) a un restaurante cercano a la uni que es italiano, pero
la música es española, cosa que, evidentemente, los japoneses no notan xD. La
verdad es que estuvo muy bien, pero me cobraron un poco más por pedir la pasta “al
dente”, porque aquí se pasan tres pueblos, ¿dónde se ha visto eso?
El jueves era la fecha límite para finalizar todo lo del
workshop (no, al final no era un concurso, y menos mal xD) y también era el día
que los occidentales celebraban una despedida a Mauricio, el profesor
brasileño, porque se marchaba a Europa unos días. Ese ultimo día me lo pasé
traduciendo textos del japonés al inglés, a ver como habrán quedado… ¡Jajaja!
El caso, que en cuanto terminé mi parte, sobre las 23.00, me marché pitando a
saludar a los occidentales y a despedirme de Mau, que ellos habían quedado a
las 18.00. Estuve con ellos un rato, pero estaba agotada, así que me marché
bastante rápido a casa.
El viernes no fui capaz de levantarme para ir a la clase de
primera hora, pero para la segunda clase ya estaba despierta y coleando, así
que ahí fui =P .
Por la tarde entre recados, limpiar la casa y demás, al
final no fui al laboratorio, así que ya de paso aproveché y cogí el tren hacia
Tsu, que al día siguiente tenía excursión con el club de montaña de esa
universidad (si, soy del club de montaña de una universidad que está a una hora
en tren de mi ciudad xD), y coger el tren de las 6 de la mañana suena muy duro
>.<
Como es de esperar conmigo, sobre todo desde que estoy en Japón, no acerté a la hora de cogerlo: me subí e el primero que salía hacia allí, uno local que paraba en todas las paradas, con toda la intención de cambiar de tren en cuanto coincidiera con el rápido. Como el tren iba a su ritmo, saqué mis apuntes de japonés y me puse a repasar algo: gran error. En una parada, para cuando me di cuenta de que tendría que ser ahí el cambio, el otro tren ya se estaba marchando, así que me tocó tragarme otro millón de paradas hasta volver a coincidir con el tren rápido, que sólo para en pueblos un poco mas grandes.
Después de eso, evidentemente, cerré el libro y me puse a
observar a la gente del tren hasta que llegara el momento. Todavía me dan
cosquilleos en la tripa cada vez que me paro a pensar que estoy literalmente
dentro de un dorama/manga, ¡es totalmente un reflejo de Japón! Me encanta… ¡Jaja!
Al llegar a Tsu, tras un pequeño error por el cual me pasé de parada, si, otra vez ( ̄ロ ̄lll), por fin quedé con Migue, que el pobre ya se está
planteando empezar unas crónicas de mis cagadas en Japón… Dejé las cosas en su residencia
y nos marchamos a tomar algo con el resto de extranjeros, que ya conocía a la
mitad de ellos desde el cumpleaños de Migue.
Lo bueno de Tsu es que es tan pequeño que al final todo el
mundo se conoce, y ahí no hay grupos de occidentales y otros de asiáticos, sino
que es un gran grupo de gente. Lo malo (aunque yo todavía no he llegado a
vivirlo), es que no hay mas que dos o tres sitios por donde salir, y al final
debe de cansar. Pero bueno, ahí estuvimos hasta un poco tarde, que decidimos
que si al día siguiente íbamos al monte, sería mejor descansar un rato.
Al día siguiente fuimos a donde habíamos quedado con el
resto, con Migue cargando conmigo en su bici porque no teníamos otra con la que
yo pudiera ir. ¡Pobre!
El monte fue genial: más que bosque yo lo
llamaría selva, con esa vegetación, la forma de las colinas… Maravilloso. Si
alguien tiene curiosidad, el monte se llamaba: しゃくじょうがたけ。La
verdad es que hubo momentos que realmente me dio un poco de miedo, por eso de las
pendientes a los lados del camino, tener que escalar un poco, el fortísimo viento
que estaba soplando… Pero bueno, todo se pasa y el lugar era tan precioso que
se me olvidaba rápido. Pasé un poco de frio
porque no tuve mejor idea que no llevar nada de abrigo a Tsu (ni para el monte
ni para estar en la calle), gracias a mi optimismo con respecto al tiempo, pero
bueno, con el ejercicio todo se cura (○^ω^○).

En el camino de vuelta
pasamos por un pueblo que tiene una de las
calles más antiguas de la zona, de la época Edo.
El pueblo era encantador, y la calle estaba llena de pequeños comercios de
productos artesanales y frutas, verduras… También hay que decir que los miembros del
club de montaña son muy buena gente, aunque no hable demasiado japonés todavía
son muy simpáticos. Se supone que hay una
chica
más aparte de mí, pero todavía no la he visto ^.^U


Cuando por fin llegamos a Tsu, Migue y yo fuimos a casa a
dejar las cosas y a coger muda y luego nos fuimos con algunos miembros del club
a unos baños
públicos.
Otra cosa maravillosa del día. Los baños de Tsu eran
enormes, y aunque entré sola no tuve problemas para moverme por ahí una vez
Migue me había explicado un poco generalmente cómo funcionaba el tema: según
entras,
hay una sección de duchas con pequeños asientos donde te lavas el
cuerpo y el pelo. Una vez limpia, pasas a la sección de bañeras. Estos baños
tenían un montón de diferentes posibilidades: agua fría (18ºC), agua caliente
(40º, 42º), agua caliente con hierbas, sauna, agua con electricidad para el
reúma, jacuzzi, bañera con chorros de agua para la circulación; y luego estaban
los baños al aire libre, que eran también de agua caliente, luego una especie
de tinas
al estilo nórdico, unos tatamis calientes, y unas camas de piedra con pequeñas protuberancias
(que supongo que serían para masaje) que tenían un pequeño rio de agua caliente
que bajaba desde la cabeza a los pies.

Por desgracia no me dio tiempo a estar mucho más de 5 min en
cada bañera, pero me encantó, me he vuelto fan absoluta y ya estoy tardando en
visitar uno de esos baños públicos aquí en Nagoya… ¡Jajaja! Y por si os lo
preguntáis, si, dentro de los baños te mueves como llegaste a este mundo, con
una toalla pequeñita que hace las veces de esponja y de toalla fría para cuando
estás mucho tiempo dentro de las bañeras de agua caliente, pero que no llega a
tapar nada. Yo no tengo especial vergüenza, pero realmente ver a tanta japonesa
en cueros fue revelador, no diré por qué.
Después de los baños, fuimos todos juntos a cenar algo (que
ésta fue la segunda cena de los japoneses, porque habían cenado antes de ir a
los baños O_O). Después de eso, dos de ellos se marcharon a casa y al final nos
quedamos Migue, Kento, Kentarou, y yo y nos fuimos a tomar algo a un 立ち飲み(tachinomi, tatsu=de pie, nomu=beber) bar, que viene a
ser un bar donde se bebe de pie, más que anda porque no hay espacio para
sentarse xD. De ahí ya nos fuimos a casa, que el cansancio pesaba y el plan de
ir otra vez al bar del día anterior tampoco era tan apetecible.
Al día siguiente cogí uno de los primeros trenes a Nagoya,
con la intención de pasarme el resto del día estudiando, pero para cuando llegué
hacía tan buen día…
Además, según llegué
al parque al lado de mi universidad, ¡me encontré con que estaba repleto de
gente haciendo cosplay y sacándose fotos! Así que dejé los bultos en casa, fui
a comprar algo de comer y me fui al parque a observar el panorama y sacar
alguna foto. Increíble.

Durante la semana lo mismo de siempre: clases de japonés y
directa al labo. En una de las clases han empezado a examinarnos semanalmente
de kanji,
y tras el fracaso del primer test (básicamente porque había faltado a la clase
anterior y no tenía ni idea de que había test ni de qué kanji entraban), me he
puesto un poco más en serio xD.
El viernes pasado quedé finalmente con Kotone, que no la
veía desde hacía siglos, y nos fuimos todos juntos (con los occidentales) por ahí
a tomar algo. Cuando me refiero por ahí a tomar algo, aquí en Nagoya las
posibilidades también son bastante reducidas, y muchas de las veces vamos a
Hub, un bar al que van muchos occidentales y japoneses interesados en
occidentales.
El sábado hicimos todos juntos otra vez picnic en el parque
de al lado de casa y si, ¡otra vez
pudimos ver a
muchísima gente haciendo cosplay! He quedado con el francés que un día de estos
nos vamos juntos a hacer fotos de la gente, porque parece que el parque se
llena los fines de semana que hace bueno ^^. Por la noche nos fuimos juntos a
otro bar, Shooters, a esperar para ver al final de la champions. De camino
hacia allí, conocimos a unos japoneses que se nos unieron al bar, y allí nos
encontramos
con unos cuantos amigos y otros indios que no conocía de antes.
Hablamos, tomamos algo, jugamos al futbolín… pero entre el
cansancio y que tampoco me interesaba demasiado, a las 3 y poco yo ya me marché
para casa, y les dejé esperando a que empezara el partido.


El domingo quedamos todos para ir a jugar a vóley, pero, no
se sabe por qué, ése día las instalaciones de la
uni estaban cerradas, así que al final tuvimos que improvisarnos un campo de vóley
con unas porterías de futbol.
Un espectáculo. Aunque, si lo pienso, fue más
espectáculo aún vernos jugar, porque cada cual era peor… ¡jaja!

El resultado general fue unos brazos muy rojos he hinchados
para casi todos nosotros y yo me llevé un golpe en el dedo que todavía no se
me había recuperado, así que ahora vuelve a estar como hace un mes… Mal asunto,
vamos.
¡Lo dejo aquí y dejo la semana pasado y esta misma para la
próxima vez! (○゚ε^○)