¡Hola de nuevo!
Esto de escribir todos los días lo veo difícil, pero bueno,
supongo que en cuanto termine estas primeras entradas, las siguientes no serán
taaan largas ^^.
Retomemos el viaje donde lo dejamos: en Takamatsu.
Después de pasar la mañana en el Ritsurin Kôen, cogimos un tren hacia Okayama.
Llegamos
bastante tarde, pero por suerte, la ciudad era bastante animada. Cenamos en un
restaurante de sushi con cinta transportadora, ¡nos pusimos las botas! Era el primer
sushi que comía en Japón y me supo a gloria, y cometí el error de todo
primerizo: me cogí un plato de postre que rondaba en la cinta, ¡pero que era de
muestra! ¡Jajaja! Los del local se rieron un rato, pero más nos reímos Ángel y
yo… ¡Vaya patas! Para que os hagáis una idea de las réplicas súper reales que
tienen a veces de la comida…

Una vez teníamos los estómagos
bien abastecidos, nos marchamos a pasear un rato por la ciudad y a ver si
encontrábamos la Sega Joypolis, un edificio dedicado a
las consolas de Sega y otros entretenimientos. Por suerte no quedaba demasiado
alejado del hotel, así que pudimos ir andando,
y supongo que para compensar esa
facilidad, nos tocó aguantarnos las ganas de probar un Dance Dance Revolution ( DDR ),
porque no había… Y como no nos íbamos a quedar con las manos vacías (que no los
bolsillos xD), nos viciamos un poco al juego del taiko. La foto que os dejo
para que os hagáis una idea es en Nagasaki, pero es el mismo juego, y el niño
era una ternura ^^.

Pasamos también por la bolera que había en el
mismo edificio, pero no voy a comentar nada de eso, porque no podíamos haber
sido más tristes… ¡Jajaja! Dejémoslo en que no es lo nuestro. Lo bueno de haber
ido a la bolera, es que descubrí mi talla de pie en versión japonesa, que es
directamente los cm que sean de pie. Para cuando algún día compre zapatos, ya
sabré qué pedir =) .
La verdad es que nos sorprendió encontrar el
sitio tan vacío… La planta baja, que era la sección “infantil” con consolas de
coches, tiros, el del taiko y un montón de purikura,
tenía un par de parejas y un par de grupillos de jóvenes. Y la planta primera
era la versión “adulta”, con gente enganchada a tragaperras que todavía no
entiendo muy bien en qué consistía el juego. El panorama era un poco triste.
Visto lo visto, me acordé de que en frente de
nuestro hotel había otro de estas salas recreativas, así que decidimos volver a
probar suerte, no fuera a ser que allí si que hubiera DDR. No tardamos nada en
llegar, pero el panorama no era muy distinto al anterior. Bueno, la gente era
más quinqui, lleno de jóvenes aspirantes a yakuza, y tampoco había lo que
queríamos, así que después de bromear un rato con Ángel sobre los yakuzas y ver
a un par de personas viciarse muy seriamente a alguna máquina, nos volvimos al
hotel.
Por la tarde, cuando habíamos
llegado al hotel, me había fijado que había un montón de mangas en la
entrada
para que la gente se sirviera, así que me cogí el primero que había ojeado al
llegar, y para cuando llegamos a nuestro piso, ya me había dado cuenta de que
era medio porno, sin censuras ni nada… xDD Os dejo la foto de portada para que veáis
que si te despistas, puedes encontrar cosas eróticas en cualquier lado…

A la mañana siguiente, nos dirigimos al parque de la
ciudad, que con la primavera más avanzada debe de ser precioso,
pero después de
haber visitado el parque del día anterior, este no nos pareció tan fantástico. Paseamos un
rato por él e hicimos unas cuantas fotos, pero no era el medio día y ya nos
estábamos marchando de la ciudad, aunque también es cierto que teníamos algo planeado
que nos iba a ocupar el resto del día: ruta entre islas hacia Shikoku en bici.

De Okayama salimos hacia Onomichi, donde alquilamos unas
bicis que escogimos entre un montón de ellas, dejamos los bultos (mochilas y
paraguas)en unas taquillas al lado del puerto y nos pusimos a andar con toda
la intención del mundo. Nos habían contado que normalmente el recorrido hasta
donde nosotros queríamos llegar se hacia en unas 3 horas, y teniendo en cuenta
que era el tiempo que teníamos, empezamos el itinerario con calma. Ya sabéis,
siempre se dice lo que tardaría una persona de edad media, sin demasiado
esfuerzo, ¡por lo menos en España!
Hubo varios factores con los
que no contamos: parada para comer, paradas para hacer fotos, y el vendaval que
hacía ese día, que aunque llevara el piñón blandísimo me parecía que estaba en
el más duro posible…
Supongo que ya os lo imaginaréis, acabamos los últimos
tres cuartos de hora dándolo todo para ver si podíamos llegar al ferri de las
15.30 pero, cómo no, llegamos 5 minutos tarde y aquí en Japón, lo que menos te
puedes esperar es que salga algo con retraso (menos en los trenes que de vez en
cuando alguien se tira a las vías y tienen follón para rato). Cuando llegamos,
con el corazón en la garganta, nos cruzamos con un occidental que debía de haber
perdido también el ferri de las tres, pero para cuando salimos del baño (donde
intenté recomponerme un poco, pero malamente xD) ya no estaba en la estación.

Visto que teníamos dos horas para disfrutar del pintoresco
pueblito donde nos habíamos quedado estancados, nos marchamos a buscar algún
sitio donde ahogar nuestras penas en comida y así recuperar algo de fuerzas.

A la vuelta pasamos por un par de tiendas donde compramos
postres y luego subimos una colinita para llegar al final a lo que parecía ser
el cementerio del pueblo. A esas alturas ya no nos quedaba mucho tiempo, así
que decidimos volver a la estación y esperar allí a que llegara el ferri,
tampoco íbamos a tentar a la suerte…
En el ferri, esta vez sí, nos sentamos al lado del
occidental y nos pusimos a hablar con él. Era un estudiante de máster de
Rumania que había estado medio año en Nagoya, pero que se marchaba tres días
más tarde de vuelta. Una pena, porque era un chico simpático y me dio un par de
consejos de la ciudad, aunque de momento no he podido usar ninguno =P.
Cuando llegamos a Onomichi, devolvimos las bicis a todo
correr, porque cerraban el establecimiento, y nos fuimos directamente a la
estación, cogiendo las mochilas de camino, a ver si había suerte y nos podíamos
subir en el primer tren que pasara hacia Hiroshima. Pudimos hacerlo, pero nada
más montarnos me di cuenta de que había algo que faltaba: “mi” paraguas. Esta
vez me resigné, había sido mi culpa, así que ya le serviría a otra persona en caso
de necesidad. Y no será por paraguas transparentes aquí…
El viaje que nos esperaba era largo, pero viajar acompañado
nunca es aburrido, así que estuvimos revisando fotos y haciendo videos del
paisaje durante las tres horas de recorrido. Cuando llegamos fuimos directos al
hotel, que nos costó un rato encontrarlo. El mapa que había en internet para
localizar el hotel parecía sencillo, pero al final tuvimos que llamarles para
que nos dieran de nuevo las indicaciones desde donde estábamos en ése momento. Fue
mi primera conversación telefónica en japonés y, teniendo en cuenta lo poco que
me gusta ya de por sí hablar por teléfono, hacerlo en japonés fue un desastre.
Me equivoqué de palabras, y pasé rapidísimamente al inglés en cuanto vi que el
del hotel lo hablaba un poquillo.

Cuando ya por fin nos
instalamos, salimos en busca de un local de Hiroshimayaki
(es en inglés, pero no hay explicaciones en castellano, ya hablaré de ello más
adelante) que recomendaban en internet. Fue otro gran acierto. El local era
minúsculo, lo suficiente para meter una plancha enorme, cuatro banquetas a su
alrededor y el espacio para el cocinero. Cuando entramos, ya había tres
clientes ahí, que no tardamos mucho tiempo en descubrir que eran muy
habituales, y muy amigos del cocinero.
La cena fue muy divertida, los japoneses
se esforzaban por hablarnos en inglés, y si no, ya chapurreábamos nosotros algo
de japonés (evidentemente, Ángel estaba ahí para salvarme siempre xD). Luego
entraron un par de japoneses más y eso ya fue una fiesta. Nos reímos un montón
y comimos muy a gusto, además, estaba delicioso. Aquí os dejo la página web
de Sankanou para que echéis un vistazo a las fotos, porque el resto está en japonés, así
que lo de leer sólo para los más valientes xD

Después de cenar, fuimos al parque de la paz, a ver si
podíamos ver algo, pero una vez allí decidimos parder un podo de tiempo a la
mañana siguiente y volver a verlo todo mejor. Así que nos marchamos al hotel y
a dormir, que el día siguiente iba a ser bastante duro.

Según llegamos a la isla,
dejamos las maletas en una taquilla y nos lanzamos entre la gente y los ciervos
en busca del Torii.
Me sorprendí bastante cuando vi el templo tan enorme que
hay justo en frente, está visto que no me había informado bastante sobre el
lugar ^^U . El lugar era precioso, pudimos hacer fotos, grabar a la gente
haciendo sus rituales sintoístas, coger un papelito que nos predice la suerte
de este año (cosa que todavía tengo que traducir…), comer especialidades
locales, y jugar un poco con los ciervos. Fue un bonito descanso después del
día anterior.

Cuando volvimos a Hiroshima,
cogimos otro tren más hacia Shimonoseki. Esta vez sería el más pesado de todos,
teníamos unas cuatro horas por delante de viaje, y mucho cansancio acumulado.
Gracias a dios, esta vez teníamos un entretenimiento extra: la DS de Ángel, así
que nos pusimos a jugar a Mario Bross. Aprovechamos que pasábamos cerca para
hacer una parada en Iwakuni y visitar el puente de 5 tramos que veis en la
foto. El puente era muy interesante, pero el pueblo de “samuráis” al que
llevaba dejaba bastante que desear. Dimos un par de vueltas por el lugar para
compensar el precio del ticket y nos marchamos a continuar el camino hasta
Shimonoseki, de nuevo acompañados por Mario.

Y aquí lo dejo por hoy, ¡jaja!
Cuidaos mucho, que yo me voy a dormir. Mañana tengo que
entregar mucho papel y tengo que empezar a pagar facturas, no vaya a ser que me
corten la luz y esas cosas… ¡Jaja!
またこんど!
ガ (。´-ω-`。) . z Z
Eso no puede llamarse joypolis si no tiene un DDR!! XD
ResponderEliminarEso mismo pensé yo, pero todavía no he visto ni un sólo DDR en los salones recreativos que llevo visitados (también es cierto que no son muchos xD)
Eliminarjoé si que os ha cundido el tiempo! por cierto siempre he querido estar en un restaurante con comida en cinta transportadora! que guay!!
ResponderEliminarEspero pronto más noticias! un beso!
Si el viaje fue bastante expreés para lo que nos habíamos planteado, pero bueno, así si alguno venís, siempre podré volver por ahi a echar otro vistazo xDD
EliminarPreciosa Miyajima y el Torii sumergido!!! Cuidado con las muestras de comida que están muy bien hechas XDDD y ojo con los paraguas, yo también perdí uno de los transparentes de 5 o 6 euros de konbini y una preciosa sombrilla-paraguas con puntillas que servía para la lluvia y el terrible sol tokiota de agosto!!!
ResponderEliminarSi, a partir de entonces ando con más cuidado, me compréuno plegable, que por cierto, ya se em ha roto... Pero bueno, aqui ya empieza a hacer bueno, ¡aunque me han dicho que junio es temporada de lluvias! A ver que taaall!! Jajaja!!
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