martes, abril 10, 2012

Viaje de bienvenida II


¡Hola de nuevo!
Esto de escribir todos los días lo veo difícil, pero bueno, supongo que en cuanto termine estas primeras entradas, las siguientes no serán taaan largas ^^. 

Retomemos el viaje donde lo dejamos: en Takamatsu. Después de pasar la mañana en el Ritsurin Kôen, cogimos un tren hacia Okayama. Llegamos bastante tarde, pero por suerte, la ciudad era bastante animada. Cenamos en un restaurante de sushi con cinta transportadora, ¡nos pusimos las botas! Era el primer sushi que comía en Japón y me supo a gloria, y cometí el error de todo primerizo: me cogí un plato de postre que rondaba en la cinta, ¡pero que era de muestra! ¡Jajaja! Los del local se rieron un rato, pero más nos reímos Ángel y yo… ¡Vaya patas! Para que os hagáis una idea de las réplicas súper reales que tienen a veces de la comida… 

Una vez teníamos los estómagos bien abastecidos, nos marchamos a pasear un rato por la ciudad y a ver si encontrábamos la Sega Joypolis, un edificio dedicado a las consolas de Sega y otros entretenimientos. Por suerte no quedaba demasiado alejado del hotel, así que pudimos ir andando, y supongo que para compensar esa facilidad, nos tocó aguantarnos las ganas de probar un Dance Dance Revolution ( DDR ), porque no había… Y como no nos íbamos a quedar con las manos vacías (que no los bolsillos xD), nos viciamos un poco al juego del taiko. La foto que os dejo para que os hagáis una idea es en Nagasaki, pero es el mismo juego, y el niño era una ternura ^^. 

Pasamos también por la bolera que había en el mismo edificio, pero no voy a comentar nada de eso, porque no podíamos haber sido más tristes… ¡Jajaja! Dejémoslo en que no es lo nuestro. Lo bueno de haber ido a la bolera, es que descubrí mi talla de pie en versión japonesa, que es directamente los cm que sean de pie. Para cuando algún día compre zapatos, ya sabré qué pedir =) .
La verdad es que nos sorprendió encontrar el sitio tan vacío… La planta baja, que era la sección “infantil” con consolas de coches, tiros, el del taiko y un montón de purikura, tenía un par de parejas y un par de grupillos de jóvenes. Y la planta primera era la versión “adulta”, con gente enganchada a tragaperras que todavía no entiendo muy bien en qué consistía el juego. El panorama era un poco triste. 

Visto lo visto, me acordé de que en frente de nuestro hotel había otro de estas salas recreativas, así que decidimos volver a probar suerte, no fuera a ser que allí si que hubiera DDR. No tardamos nada en llegar, pero el panorama no era muy distinto al anterior. Bueno, la gente era más quinqui, lleno de jóvenes aspirantes a yakuza, y tampoco había lo que queríamos, así que después de bromear un rato con Ángel sobre los yakuzas y ver a un par de personas viciarse muy seriamente a alguna máquina, nos volvimos al hotel. 

Por la tarde, cuando habíamos llegado al hotel, me había fijado que había un montón de mangas en la entrada para que la gente se sirviera, así que me cogí el primero que había ojeado al llegar, y para cuando llegamos a nuestro piso, ya me había dado cuenta de que era medio porno, sin censuras ni nada… xDD Os dejo la foto de portada para que veáis que si te despistas, puedes encontrar cosas eróticas en cualquier lado… 

A la mañana siguiente, nos dirigimos al parque de la ciudad, que con la primavera más avanzada debe de ser precioso, pero después de haber visitado el parque del día anterior, este no nos pareció tan fantástico. Paseamos un rato por él e hicimos unas cuantas fotos, pero no era el medio día y ya nos estábamos marchando de la ciudad, aunque también es cierto que teníamos algo planeado que nos iba a ocupar el resto del día: ruta entre islas hacia Shikoku en bici. 

De Okayama salimos hacia Onomichi, donde alquilamos unas bicis que escogimos entre un montón de ellas, dejamos los bultos (mochilas y paraguas)en unas taquillas al lado del puerto y nos pusimos a andar con toda la intención del mundo. Nos habían contado que normalmente el recorrido hasta donde nosotros queríamos llegar se hacia en unas 3 horas, y teniendo en cuenta que era el tiempo que teníamos, empezamos el itinerario con calma. Ya sabéis, siempre se dice lo que tardaría una persona de edad media, sin demasiado esfuerzo, ¡por lo menos en España! 

Hubo varios factores con los que no contamos: parada para comer, paradas para hacer fotos, y el vendaval que hacía ese día, que aunque llevara el piñón blandísimo me parecía que estaba en el más duro posible… Supongo que ya os lo imaginaréis, acabamos los últimos tres cuartos de hora dándolo todo para ver si podíamos llegar al ferri de las 15.30 pero, cómo no, llegamos 5 minutos tarde y aquí en Japón, lo que menos te puedes esperar es que salga algo con retraso (menos en los trenes que de vez en cuando alguien se tira a las vías y tienen follón para rato). Cuando llegamos, con el corazón en la garganta, nos cruzamos con un occidental que debía de haber perdido también el ferri de las tres, pero para cuando salimos del baño (donde intenté recomponerme un poco, pero malamente xD) ya no estaba en la estación. 

Visto que teníamos dos horas para disfrutar del pintoresco pueblito donde nos habíamos quedado estancados, nos marchamos a buscar algún sitio donde ahogar nuestras penas en comida y así recuperar algo de fuerzas.
Acabamos en un sitio de takoyaki que habíamos visto al entrar en el pueblo con la bici, donde una pareja de señoras muy amables nos atendieron y nos sirvieron una ración de takoyaki y otra de yakisoba (en la foto) que a mí me supieron a gloria. Además, para rematar, nos regalaron unas cuantas mandarinas, que parecían ser bastante típicas de la zona, y que les agradecí enormemente porque hacía días que no comíamos nada de fruta y con los precios que tiene aquí, es un gran gesto por su parte. 

A la vuelta pasamos por un par de tiendas donde compramos postres y luego subimos una colinita para llegar al final a lo que parecía ser el cementerio del pueblo. A esas alturas ya no nos quedaba mucho tiempo, así que decidimos volver a la estación y esperar allí a que llegara el ferri, tampoco íbamos a tentar a la suerte…
En el ferri, esta vez sí, nos sentamos al lado del occidental y nos pusimos a hablar con él. Era un estudiante de máster de Rumania que había estado medio año en Nagoya, pero que se marchaba tres días más tarde de vuelta. Una pena, porque era un chico simpático y me dio un par de consejos de la ciudad, aunque de momento no he podido usar ninguno =P. 

Cuando llegamos a Onomichi, devolvimos las bicis a todo correr, porque cerraban el establecimiento, y nos fuimos directamente a la estación, cogiendo las mochilas de camino, a ver si había suerte y nos podíamos subir en el primer tren que pasara hacia Hiroshima. Pudimos hacerlo, pero nada más montarnos me di cuenta de que había algo que faltaba: “mi” paraguas. Esta vez me resigné, había sido mi culpa, así que ya le serviría a otra persona en caso de necesidad. Y no será por paraguas transparentes aquí… 

El viaje que nos esperaba era largo, pero viajar acompañado nunca es aburrido, así que estuvimos revisando fotos y haciendo videos del paisaje durante las tres horas de recorrido. Cuando llegamos fuimos directos al hotel, que nos costó un rato encontrarlo. El mapa que había en internet para localizar el hotel parecía sencillo, pero al final tuvimos que llamarles para que nos dieran de nuevo las indicaciones desde donde estábamos en ése momento. Fue mi primera conversación telefónica en japonés y, teniendo en cuenta lo poco que me gusta ya de por sí hablar por teléfono, hacerlo en japonés fue un desastre. Me equivoqué de palabras, y pasé rapidísimamente al inglés en cuanto vi que el del hotel lo hablaba un poquillo. 

Al final llegamos y, la verdad, es uno de los hoteles que más me ha gustado: con habitación tradicional, futones que tuvimos que montar nosotros mismos, baño para nosotros y bastante barato… Y la gente del hotel era muy simpática, 100% recomendable, si algún día vuelvo a Hiroshima, que lo haré, repetiré. 

Cuando ya por fin nos instalamos, salimos en busca de un local de Hiroshimayaki (es en inglés, pero no hay explicaciones en castellano, ya hablaré de ello más adelante) que recomendaban en internet. Fue otro gran acierto. El local era minúsculo, lo suficiente para meter una plancha enorme, cuatro banquetas a su alrededor y el espacio para el cocinero. Cuando entramos, ya había tres clientes ahí, que no tardamos mucho tiempo en descubrir que eran muy habituales, y muy amigos del cocinero. La cena fue muy divertida, los japoneses se esforzaban por hablarnos en inglés, y si no, ya chapurreábamos nosotros algo de japonés (evidentemente, Ángel estaba ahí para salvarme siempre xD). Luego entraron un par de japoneses más y eso ya fue una fiesta. Nos reímos un montón y comimos muy a gusto, además, estaba delicioso. Aquí os dejo la página web de Sankanou para que echéis un vistazo a las fotos, porque el resto está en japonés, así que lo de leer sólo para los más valientes xD 

Después de cenar, fuimos al parque de la paz, a ver si podíamos ver algo, pero una vez allí decidimos parder un podo de tiempo a la mañana siguiente y volver a verlo todo mejor. Así que nos marchamos al hotel y a dormir, que el día siguiente iba a ser bastante duro. 

Por la mañana nos marchamos temprano al parque, donde hicimos unas cuantas fotos y estuvimos enredando con una campana que había en el parque. Después nos marchamos a Miyajima, el templo donde está el Torii sumergido en el agua cuando es marea alta. Fuimos a la ciudad en ferri, junto con una gran muchedumbre de turistas, en su gran mayoría, japoneses. Era de esperar, porque íbamos justo a la mejor hora, y el clima era perfecto. 

Según llegamos a la isla, dejamos las maletas en una taquilla y nos lanzamos entre la gente y los ciervos en busca del Torii. Me sorprendí bastante cuando vi el templo tan enorme que hay justo en frente, está visto que no me había informado bastante sobre el lugar ^^U . El lugar era precioso, pudimos hacer fotos, grabar a la gente haciendo sus rituales sintoístas, coger un papelito que nos predice la suerte de este año (cosa que todavía tengo que traducir…), comer especialidades locales, y jugar un poco con los ciervos. Fue un bonito descanso después del día anterior. 


Cuando volvimos a Hiroshima, cogimos otro tren más hacia Shimonoseki. Esta vez sería el más pesado de todos, teníamos unas cuatro horas por delante de viaje, y mucho cansancio acumulado. Gracias a dios, esta vez teníamos un entretenimiento extra: la DS de Ángel, así que nos pusimos a jugar a Mario Bross. Aprovechamos que pasábamos cerca para hacer una parada en Iwakuni y visitar el puente de 5 tramos que veis en la foto. El puente era muy interesante, pero el pueblo de “samuráis” al que llevaba dejaba bastante que desear. Dimos un par de vueltas por el lugar para compensar el precio del ticket y nos marchamos a continuar el camino hasta Shimonoseki, de nuevo acompañados por Mario. 

Y aquí lo dejo por hoy, ¡jaja!
Cuidaos mucho, que yo me voy a dormir. Mañana tengo que entregar mucho papel y tengo que empezar a pagar facturas, no vaya a ser que me corten la luz y esas cosas… ¡Jaja!

またこんど!
(。´-ω-`。) . z Z

6 comentarios:

  1. Eso no puede llamarse joypolis si no tiene un DDR!! XD

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    1. Eso mismo pensé yo, pero todavía no he visto ni un sólo DDR en los salones recreativos que llevo visitados (también es cierto que no son muchos xD)

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  2. joé si que os ha cundido el tiempo! por cierto siempre he querido estar en un restaurante con comida en cinta transportadora! que guay!!

    Espero pronto más noticias! un beso!

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    1. Si el viaje fue bastante expreés para lo que nos habíamos planteado, pero bueno, así si alguno venís, siempre podré volver por ahi a echar otro vistazo xDD

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  3. Preciosa Miyajima y el Torii sumergido!!! Cuidado con las muestras de comida que están muy bien hechas XDDD y ojo con los paraguas, yo también perdí uno de los transparentes de 5 o 6 euros de konbini y una preciosa sombrilla-paraguas con puntillas que servía para la lluvia y el terrible sol tokiota de agosto!!!

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    1. Si, a partir de entonces ando con más cuidado, me compréuno plegable, que por cierto, ya se em ha roto... Pero bueno, aqui ya empieza a hacer bueno, ¡aunque me han dicho que junio es temporada de lluvias! A ver que taaall!! Jajaja!!

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