domingo, abril 29, 2012

Primer mes en Nagoya


Después de más de diez días de descanso, vuelvo a empezar a contaros un poco qué tal la vida en una ciudad fija. Supongo que me toca resumir muy mucho este mes que he estado viviendo en Nagoya, así que espero que no se me olviden demasiadas cosas =P .

La entrada anterior la dejé colgando en el hanami, así que lo retomo ahí mismo. Lo que en principio es una preciosa ceremonia de observación de las flores de cerezo en pleno esplendor, pasa a ser en verdad una reunión social entre compañeros de clase, de universidad, de trabajo o simplemente amigos que se dedican a comer y beber durante toda un día, sentados a los pies de árboles de cerezo. Una vez aclarado este, cabe decir que a mi personalmente, me encantó. Los árboles, que podías levantar la vista y mirarlos de vez en cuando, estaban preciosos, y no me puedo quejar para nada con mis compañeros de laboratorio de este año. En verdad había mucha más gente de la que me esperaba, pero muchos de ellos se mojaron a venir a hablar conmigo, evidentemente, en inglés, porque mi japonés de momento deja bastante que desear a la hora de hablar (en la foto salen unos pocos de mi laboratorio, de izquierda a derecha, los sentados: Mariko-san, Mika-san, Ishihara-san, no me acuerdo U_U, Deyashiki-san).
Ésa misma tarde también conocí en persona a mi tutor, Kitagawa sensei, que celebraba el hanami con los alumnos y, como ya me imaginaba por los emails que habíamos intercambiado durante el curso, es una persona muy abierta y joven. Me alegro muchísimo de haber hecho caso a Ángel y haberles traído unos bizcochos de Nagasaki, porque aquí es una formalidad muy importante eso de traer un suvenir siempre que te vayas a algún sitio, y creo que quedé bastante bien xD.

Los siguientes días fueron un poco caóticos: instalarme, comprar las cosas para llenar mi habitación (en la foto os enseño todo lo que me compré en una tienda de 100 yenes que hay en todos lados por aquí, lo más caro de todo fueron las zapatillas que fueron 200 yenes… ¡Jajaja!), ir al laboratorio (que es como llaman al aula donde están instalados las 24 horas del día, viven ahí, es increíble), empezar papeleos para la tarjeta de alien (si, a la tarjeta para extranjeros la llaman “alien card”, muy gracioso) y de estudiante… 

La verdad es que tuve bastante suerte, porque uno de los primeros días fui a hablar con mi tutor, justo coincidí con una japonesa que iba a hacerle una entrevista a otro chico occidental, y me dijeron a ver si la quería hacer yo también. Como no tenía prisa y les había fallado otra chica, me quedé a hacerla.
Resulta que el chico es brasileño y lleva aquí dos años ya, estudiando un master. A la salida de la entrevista hablamos un poco y me invitó a ir al cumpleaños de un profesor brasileño que hay en a uni, y al cual iban a asistir bastantes occidentales. Así que intercambiamos números y me fui directa al laboratorio, donde me acaban de incluir en un grupo para un concurso que están preparando. 
Me alegro de tener algo que hacer que no sea sólo el PFC, así que, aunque tengamos reuniones un día si y un día no, aunque que se pasen 3 horas dando vueltas a cosas y al final no saquen demasiadas conclusiones, aunque evidentemente hablen en japonés y yo sólo capte un cuarto de todo lo que dicen, estoy muy contenta de poder ver cómo trabajan aquí. Por si no ha quedado claro, es completamente diferente a como trabajamos en España. Por no decir que se pasan la vida dentro de la universidad: comen, duermen, leen, ven pelis, hablan, y de vez en cuando, trabajan. Todavía me tengo que acostumbrar a eso, pero de todos modos, no me quejo, porque es un laboratorio muy sociable y la gente es muy simpática. (En la foto veis una exposición en la que trabajaron unos chicos de mi laboratorio, experimentandoc on pompas de jabón, colores y olores. A pesar de unos pequeños problemas técnicos con las máquinas que ellos mismos habían montado, la gente se lo pasaba muy bien jugando con las pompas, yo inclusive xD)

El hecho de que la gente del laboratorio se porte tan bien conmigo y que, parece ser que el examen para ver el nivel de japonés que tengo, que era tipo test, creo que lo hice demasiado bien y me he saltado un montón de lecciones, hace que, entre las clases de japonés, mis mañanas estudiando por mi cuenta para mejorar lo antes posible y las tardes escuchando japonés en el laboratorio hacen que vuelva a casa con la cabeza hecha un bombo y agotada. Pero como ellos dicen: がんばります!En la foto podéis ver a Mya Si, una chica de Myanmar con la que hablo un montón y voy con ella a clases de conversación.

Volviendo al aspecto social: al final, por eso de las reuniones de productividad muy baja para el concurso, no pude ir al cumpleaños del profesor brasileño.De todos modos, esa misma semana me uní a un hanami espontáneo que hicieron los occidentales y, teniendo en cuenta que se nos unieron hasta japoneses y la situación era bastante surrealista, me lo pasé genial. Os dejo una foto del parque al lado de mi uni un par de dias después de hacer el hanami con los de mi uni. Estaba precioso.

El fin de semana siguiente también fue bastante ajetreado: el sábado me fui a Tsu, un pueblo a una hora de Nagoya, donde están ahora mismo Migue, un chico que conocí en valencia poco antes de que se viniera él a Japón, y otros dos españoles más que, como yo, acaban de llegar al país.
El plan para el sábado en principio era ir con Migue y María, una amiga de Migue que está ahora mismo en Shanghái y que se ha venido unos días a viajar por Japón, a visitar unos de los templos más antiguos que hay por la zona, pero tras tres horas de esperas y de bajarme en paradas equivocadas (os dejo un par de fotos del pueblo alejado de la mano de dios donde me quedé estancada 45 minutos y donde no había ni siquiera un konbini, que eso es muy grave en Japón, y donde los 4 pueblerinos que me vieron me saludaron muy amablemente), decidí que podía ir en otra ocasión y que yo me iba a directa a Tsu.
Allí me recogieron los otros dos españoles, Sergio y Santi, que los saqué de sus habitaciones, y que me llevaron a comer y pasaron el día conmigo. ¡Mil gracias! Preparamos la fiesta durante la tarde y por la noche nos juntamos gente de todas las nacionalidades en la cocina de la residencia de los chicos. Chinos, coreanos, alemanes, japoneses… Conocí a mucha gente simpática, me aceptaron como invitada ocasional a las excursiones del club de montaña de la universidad de Tsu y luego nos fuimos de fiesta a un bar más bien internacional, donde me pasé casi toda la noche hablando. Después nos volvimos a la residencia, pero no me pude resistir a la tentación de ir a la playa que está a tres minutos de la residencia de Migue, así que cogimos algo de comer y un par de cervezas y nos fuimos a ver amanecer. 

Al día siguiente me desperté relativamente pronto y cogí el tren hacia Nagoya, porque Daniel, el chico brasileño,me había comentado que los occidentales se iban a ir a hacer un hanami a un lugar cercano y quería unirme a ellos. El caso es que les tuve esperándome casi dos horas, ¡dios mio! Yo creía que estaba cerca, y les dije que fueran yendo y que les pillaba en el camino, pero resulta que no era tan cerca, y que era un poco complicado llegar, así que me estuvieron esperando… Me sentí un poco mal, pero cuando llegamos al lugar estuve enormemente agradecida. Precioso. En la falda de una montaña, un parque llenos de cerezos y luego cerca estaba una de las cascadas más bonitas de Japón. Me encantó.
Evidentemente, ahí conocí ya a casi todos los occidentales y a sus respectivas novias/esposas. Fue un día muy agradable y la compañía no dejó nada que desear, me fui a casa más que contenta de haber venido a Japón. En la foto salen casi todos losq ue estuvimos alli, pero por desgracia, está borrosa.

El fin de semana pasado, se suponía que me iba a unir a una excursión con los del club de montaña de Tsu, pero como las previsiones de tiempo daban lluvia, se acabó cancelando y el plan cambió a que ellos iban a venir a Nagoya a comprar material de montaña. Por cierto, nos encontramos a Kobi en una de las tiendas xD. Al final acabamos dos chicos del club de montaña, un chico que en principio en septiembre va a España (si, ¡os mando a uno que estudia arquitectura! xD), Kotone, Migue y yo cenando y tomando algunas cervezas hasta apurar el ultimo tren hacia Tsu, que es el que cogieron los japoneses. Luego Kotone, Migue y yo nos fuimos a la zona de fiesta de Nagoya, donde estuvimos en un bar que se llama Hub y que, evidentemente, es para extranjeros, como casi toda la fiesta en Japón. Como lo cerraban a las 3, luego nos fuimos a hacer fiesta japonesa: karaoke hasta las 6 de la mañana, que es cuando pasan los primeros metros.

Al día siguiente hice un poco de turismo con Migue. Visitamos un templo bastante grande que aún no había visto y comimos por ahí en un restaurante minúsculo con una señora japonesa bastante habladora a pesar de la barrera del idioma xD.

Aparte, esos días entre semana, cuando el laboratorio me dejaba algo de tiempo, estuve visitando la ciudad: calles, templos, tiendas… Se supone que por fin esta semana he terminado todo el papeleo. Ya tengo mi carné de estudiante, el de alien, he pagado el seguro de salud… Sólo me queda ponerme en serio con los clubes de la uni, que todavía tengo que insistir un poco con el de aikido, aunque el laboratorio y las clases de japonés no sé si me van a dejar demasiado tiempo para nada más... 

Por cierto, no lo he dicho, pero aquí está todo por las nubes: una manzana 2 euros, 4 kilos de arroz 13 euros, una sandia 30 euros, zapatos de plástico que no bajan de los 60 euros, por no hablar de los de piel. Pero bueno, nos dedicaremos a tomar vitaminas y tofu xD. 

Y sobre Nagoya en sí, la ciudad en sí no es demasiado famosa, comparada con Tokyo u Osaka, ni tampoco demasiado bonita, si la comparas con Kyoto, pero a mi me encanta. He encontrado muchos lugares preciosos, la gente con la que me cruzo es muy simpática y tiene en cada esquina el encanto japonés que puedes percibir en toda película, dorama, manga japonés. Es lo bastante grande e internacional como para tener vida nocturna y lo bastante poco conocida como para que no te cruces con un extranjero en cada calle que paseas. Cada día veo algo que hace que me dé cuenta de que estoy en Japón y que me vaya felicísima a dormir, aunque esté agotada. 
Os dejo una foto del parque esta semana, que me fui a pasear por el un dia de lluvia. 

¡Este finde y lo que haga durante la Golden Week, que es esta semana, os lo cuento en la próxima entrada!
o.@(--)@~~~オヤスミナサイ


P.D: Ya sé que tengo que mejorar el tema de las fotos dentro del blog, pero poco a poco. A ver si le dedico un poco más de tiempo ahora que las entradas son más cortas y puedo dejarlo un poco más decente =P.

5 comentarios:

  1. Supongo que más adelante contarás más sobre los que hacéis en el laboratorio. Creo que el blog está genial, cuídate y disfruta mucho!!!

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    1. Si, tengpque contaros algo más de la vida en el laboratorio, pero tenía que hacer un breve resumen de todo este mes aqui, porque si no, ¡¡no adelanto!! xD
      Gracias por leer, se os echa de menos tambiñen, aunque no lo ponga ^^

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  2. Me encanta lo del carnet de alien xD

    Me alegro de que estés disfrutando desde el principio a tope de la experiencia. Y me gusta eso de que cada día te des cuenta que estás en Japón :)

    Ya iré leyendo tus aventurillas, ahora que yo he vuelto a la vida normal, jejeje.
    Un besote!!!

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    1. ¡¡Jeje!! Ya me ha comentado Aitor que te has hecho a la vida en el piso, pero Roma te sigue llamando, eh? ¿Qué tal la última escapada?
      Besos!!

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    2. Jajaja. Me sigue llamando, sí, que le vamos a hacer... La última escpada bien, un poquito de turismo y mucha fiesta de reencuentro con los amigos, jejeje.

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